Arreando treinta y siete caballos desde Argentina cruzaron la cordillera a comienzos del siglo
veinte los primeros Al Masry ("el egipcio", en druso). Entre ellos venía el bisabuelo de Luis Musrri, el capitán de Universidad
de Chile que, gracias a ese ascendiente, hoy está a un paso de convertirse en flamante refuerzo de la selección de Palestina,
que encabeza el Grupo 2 de Asia en las eliminatorias para el Mundial de Alemania.
"El año pasado tuve la posibilidad de ir a la selección, pero no se dio. Ahora conversé de nuevo
con los representantes palestinos y, como los próximos partidos son en fechas FIFA, me encantaría defender a ese equipo porque
es una experiencia futbolística y de vida interesante y porque también me gustaría jugar mi segundo Mundial", cuenta Musrri,
que en Francia 98 estuvo sólo diez minutos en el duelo contra Brasil.
Los Al Masry son de origen druso, provienen de Salima, ciudad cercana a Jerusalén y llegaron primero
a Buenos Aires. "Se vinieron porque en esos tiempos los turcos estaban dominando la zona y también buscando hacerse la América,
como se dice", cuenta Amin Musri, el septuagenario tío abuelo del capitán azul, dueño del negocio llamado precisamente Salima
y quien no para de alabar lo bien que su mujer chilena cocina la comida árabe.
Se instalaron en una estancia argentina, donde se llamaron Videla, un apellido más comprensible
para esta región del mundo. Santiago Videla se llamaba el bisabuelo de Musrri. De ahí pasaron a Chile y se instalaron en las
zonas cercanas a Melipilla y Peñaflor.
¿Eran como los Abu Kassem de Los Pincheira? "¡Nada qué ver! Vi una vez esa teleserie porque decían
que actuaban bien, pero tienen cosas muy trucadas. No usaban esos turbantes. Los libaneses, sí. Pero nosotros somos drusos,
montañeses, fuertes, luchadores. Quizás por eso no nos quedamos en Santiago", sostiene Amin Musri.
A mediados del siglo pasado, quizás buscando rescatar sus raíces, los Videla intentaron recuperar
el apellido original. Pero los oficiales del registro civil de la época, poco rigurosos, se confundieron y entonces aparecieron
los Musrri, Musri, Mussrri y derivaciones varias.
"Cuando estuve en el Mundial de Francia, llegaron a mi casa en Mallarauco unas personas con pañuelos
y turbantes que parece que eran parientes. Pero mi abuelo no hablaba mucho de su padre. Cuando le preguntaba, me decía mi
papá era turco y nada más", recuerda el propio Luis Musrri.
Como la Federación Palestina fue reconocida después de Francia 98, el volante azul no tendría problemas
para vestir la camiseta árabe a pesar de que ha jugado por la Roja.
-¿Y no le gustaría jugar por Chile otra vez?
-Ja. Hablemos en serio.
-Se tiene poca fe.
-Me tengo fe, pero hay que ser realistas.
-¿Y tiene algo de árabe?
-Nada. Ni siquiera sé algunas palabras. Ya aprenderé. ¿Qué podría ser? No sé. El amor por los caballos.
Eso.
www.lun.cl 07 de abril del 2004