El emocionado reencuentro con uno de sus ídolos de infancia Arnaldo
Espínola: Me daba mucho miedo que me compararan con Rogelio Delgado Miércoles 30 de junio de 2004
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Foto: Traudy Guital |
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Y pensar que no me quería venir. Ahora
me costaría dejar Chile. Sólo me falta ser tan reconocido como Rogelio, cuenta Espínola, quien comprobó la fama que aún tiene
Delgado en el país. |
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En una charla en la que no faltaron las frases en guaraní, el ex zaguero le entregó la
posta de líder a su compatriota. "Por suerte no me equivoqué en convencerlo de que viniera a Chile", apunta el ex barba azul.
C.C.M.
Arnaldo Espínola observa de arriba a abajo a Rogelio Delgado antes de lanzarle una frase contundente: "A ti te reconocen
más que a mí en la calle". Inmediatamente el nuevo patrón de la defensa de Universidad de Chile suelta una carcajada y palmotea
la espalda de su compatriota, al que apenas se le nota una sonrisa detrás de su prominente barba.
Delgado lo mira con algo de incredulidad, pero basta detenerse en una esquina para darse cuenta de que que todas las miradas
apuntan al ex barba azul. Espínola lo mira como diciéndole "viste que tenía razón" antes de confesar su mayor temor al llegar
a Chile.
"Al principio me daba mucho miedo que me compararan con Rogelio. Él es una figura muy recordada por los hinchas acá. Diría
que ni en Paraguay lo reconocen tanto. Y ya en Brasil había tenido una experiencia negativa en Inter de Porto Alegre al reemplazar
a Carlos Gamarra, que era un ídolo", recuerda.
La presencia de Delgado evidentemente hace que Espínola parezca más suelto que de costumbre. Por algunos minutos la imagen
de tipo adusto que tiene en el plantel azul queda enterrada. Ni hablar cuando se anima a charlar en guaraní con su compatriota.
"Es algo inevitable", explica el Sargento.
Hacía exactamente seis meses que no se veían y por eso ninguno de los dos pudo ocultar la emoción en el reencuentro. La
última vez había sido en un partido a beneficio en la localidad paraguaya de Limpio en diciembre pasado.
"Ahí terminé de convencerlo de que viniera a la U. Arnaldo tenía mucho miedo por el tema de la quiebra, pero le expliqué
lo que representaba esta institución en Chile", apunta el ex barba azul, orgulloso por el reconocimiento que alcanzó su compatriota
en nuestro país en tan corto tiempo. "Por suerte no me equivoqué", agrega.
La charla se hace fluida a medida que afloran los recuerdos. "Hasta que llegué a Chile, no tenía idea de que Rogelio había
jugado en la U. Lo que pasa es que yo vengo de una familia humilde y apenas me enteraba de las noticias por una televisión
a batería", relata Espínola, que sumó su sexto título con el conseguido el último domingo. "Te falta mucho para alcanzarme",
se jacta Delgado, que en su bitácora luce quince vueltas olímpicas, doce de ellas con la camiseta de Olimpia.
Por momentos, el ex zaguero guaraní copa la escena ante la mirada complaciente de su compatriota. "Yo fui uno de los primeros
que tuvo un encontrón fuerte con René Orozco", recuerda Rogelio. "Por suerte esa vez arreglamos nuestras diferencias y salimos
campeones", explica. "Igual que ahora. También hubo algunos problemas", dispara Espínola, que sabe del carácter del galeno.
El encuentro va llegando a su fin. Arnaldo no pierde la oportunidad de invitar a su ídolo de infancia a su casa y compartir
un tereré, el brebaje preferido de los guaraníes. "Y pensar, Rogelio, que no me quería venir. Ahora me costaría dejar Chile.
Acá encontré una tranquilidad inmensa y las cosas me están resultando bien. Mi señora está contenta, mi hijo también. Sólo
me falta ser tan reconocido como tú", apunta Espínola antes de lanzar la última carcajada de la tarde. "¿No te digo que es
un buen muchacho?", lo recomienda Delgado.
Arnaldo Espínola le hace honor a su apodo de Sargento El
ahijado de Rogelio Delgado es el nuevo caudillo de la U Martes
22 de junio de 2004 Cristián Caamaño
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Foto: Alvaro Durán |
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No me gusta perder ni cuando juego
con mi hijo, confiesa Arnaldo Espínola. |
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Espínola es un ganador |
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Rogelio Delgado no puede ocultar
su satisfacción por el rendimiento de su compatriota en la U, a quien conoció cuando estuvo a su cargo en las divisiones inferiores
de Libertad. Con Arnaldo no tenía mucho margen de equivocación porque él es un tipo ganador. Siempre ha sido un muchacho entregado
a la actividad, muy serio y profesional. Nunca fue amigo de la parafernalia, afirma el ex zaguero guaraní y actual técnico
de Sportivo Luqueño.
Delgado recuerda que tuvo que recurrir a su conocimiento del fútbol nacional para convencer a
Espínola de venir a Chile, justo en medio de los rumores que hablaban de la quiebra del club universitario. Le dije que la
U tenía un potencial enorme y que podía sustraerse de todos esos problemas. Desgraciadamente, me hizo caso, porque si se hubiese
quedado en Paraguay, lo habría tenido ahora en mi equipo, concluye.
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Los más jóvenes del equipo me piden que maneje las situaciones en los partidos, afirma
el zaguero paraguayo, quien llegó a Chile por recomendación del ex barba azul.
En la intimidad del camarín de Universidad de
Chile aseguran que es más dificil sacarle una sonrisa a Arnaldo Espínola que hacerle un túnel. Según afirman sus compañeros,
fuera de la cancha, el impenetrable zaguero paraguayo es un tipo reservado e inexpresivo, al que le calza perfecto el apodo
de Sargento, que le puso el relator José Pepe Ormazábal.
Hay quienes incluso asocian su personalidad a
la de Rogelio Delgado, el paraguayo que llegó a la U en 1992 y que se consagró campeón dos años más tarde. Curiosamente, el
ex barba azul fue quien le recomendó a Espínola venirse a Chile, después de consagrarse bicampeón con Libertad.
No se equivocó Rogelio: este es un club espectacular,
con una hinchada maravillosa, apunta Espínola, quien después de algunos minutos de charla se desprende de aquella máscara
de hombre de hierro y se muestra como el tipo amistoso que disfruta agasajando a sus compañeros cada vez que viaja a Paraguay.
Siempre les traigo algunos engañitos. La última
vez estuve en Ciudad del Este y aproveché de comprar relojes. A (Sergio) Gioino le regalé un Hugo Boss, con todas sus letras.
No sé si era original, pero por lo menos todavía funciona, relata con humor.
Curiosamente, pese a lo introvertido que parece,
Espínola confiesa que una de las cosas que le ha sorprendido de los chilenos es la poca locuacidad. Ustedes son tan buenos,
que casi no hablan, afirma el zaguero, ahora convertido en el nuevo caudillo de la U.
Seguramente, esa poca expresividad de los chilenos
obligó a Espínola a asumir un rol de líder que no pretendía adoptar cuando se asomó en enero por el Caracol Azul. Al final,
mi voz terminó siendo muy respetada por mis compañeros. Los más jóvenes especialmente me piden que sea yo y Lucho (Musrri)
los que manejemos las situaciones dentro de los partidos, comenta en las horas previas a la primera final ante Cobreloa.
-Los hinchas ya se encariñaron contigo
e inevitablemente te están comparando con Rogelio Delgado.
-Es un orgullo. Cuando vine a Chile sólo pensaba
en dejar muy alto mi nombre, pero no pensé que el éxito vendría tan rápido.
-¿Cuál es el secreto de ese éxito?
-Todo en la vida es fruto del trabajo. Creo que
es fundamental en esto del fútbol tener una mentalidad ganadora. Mis compañeros ven en mí un tipo con mentalidad ganadora
y eso es contagioso. No me gusta perder ni siquiera en los entrenamientos o cuando juego a las cartas con mis hijos.
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